jueves, 22 de marzo de 2018

Reforma 12


Reforma 12
·        Consumir pescado beneficia  la salud

*Raúl Campoy Robles
Navojoa, Sonora. 22 de Marzo de 2018.- Al hablar de alimentación sana y equilibrada durante la cuaresma y Semana Santa   hace obligatorio abordar el beneficio que representa  consumir pescado y marisco, ya que  el consumo habitual de  esta carne blanca incide positivamente en  la salud  de las personas.
A partir del miércoles de ceniza y durante  el periodo de cuaresma, particularmente los días  viernes,  el consumo de pescado   se ha hecho  una tradición entre  la comunidad católica del mundo entero, empero sin ir  más allá, conviene  en este espacio  destacar los beneficios que  estos productos  otorgan a la  salud humana.
En  la búsqueda de  perder  kilos de peso y conservar  una buena salud es  conveniente adoptar de  una  buena vez por todas  el consumo de carnes blancas  ya que  son ricas en grasas poliinsaturadas  y son de  fácil digestión,  sin  dejar de citar  la importancia de  algunas vitaminas, minerales y los ácidos graso  poliinsaturados omega 3, eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA) beneficiosos para el corazón y el cerebro.
El consumo de pescado y mariscos, al menos dos  veces por semana, ayuda a prevenir casos de anemia y desnutrición  debido  a que contiene  proteínas de alto valor biológico, incluyendo hierro y zinc;  que, en el caso de los  niños y adolescentes  ayuda al óptimo desarrollo y crecimiento fortaleciendo al mismo tiempo el sistema inmunológico.
En  el caso de los adultos, los alimentos en referencia coadyuvan considerablemente  a prevenir o disminuir, según sea  el caso, los niveles de   triglicéridos  y colesterol  elevado previniendo enfermedades coronarias y el accidente cerebral, entre otras no menos importantes que de acuerdo a su gravedad pueden causar la muerte. El consumo de los productos del mar son igualmente recomendados para  los grupos de adultos mayores, mujeres embarazadas, niños    e individuos con inmunodeficiencias.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada persona debería comer a la semana   400 gramos de pescado, es decir, dos porciones equivalentes al tamaño de la mano. De esta forma, se obtendrían los  beneficios  antes  mencionados  y se estaría en condiciones de consumir  menores cantidades de carnes rojas cuyos  niveles de lípidos  son   superiores y por consecuencia  contienen más  grasas saturadas, cuyo consumo  se incrementa en  la época decembrina, fin  de año y principio de año nuevo.
En el  mercado  existe una gran variedad de alimentos  del grupo en referencia como son: mojarra, sardina,  camarones, lenguado,  lisa, atún, calamar, pulpo, trucha, bagre, tilapia, ostión, mero, róbalo,  y jaiba entre otras, cuyo abasto  para todo México está  garantizado por  la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) ya que  estima que durante  la cuaresma 2018  se estima que por venta al público consumidor, se comercializarán poco más de 325 mil toneladas de productos pesqueros y acuícolas con valor aproximado a los 22 mil 500 millones de pesos.
Finalmente  se  recomienda que al comprar  el pescado  este ha de  oler fresco, es decir, a mar; la carne debe ser firme, blanca o ligeramente rosada; la piel debe ser firme, elástica brillante y no grasosa además de ser resistente a la presión de los dedos; los ojos deben ser brillantes y saltones; las escamas  deben estar adheridas  a la carne y el vientre  no  tiene que ser abultado. Es importante tener presente que el riesgo principal del consumo de las especies antes citadas  es el contacto con elementos patógenos, para tener seguridad en su consumo se deben seguir  métodos apropiados  de preparación y cocción.
Del mismo modo es aconsejable no olvidar la importancia del Plato del Bien Comer  ya que permite  combinar  los diferentes grupos de alimentos  para lograr una alimentación  equilibrada y saludable y, aun cuando esta  herramienta no incluye el agua  no conviene  olvidar  la hidratación  consumiendo al menos  dos litros  del vital líquido; claro está que  la ingesta  ha de  variar según  la edad, actividad física y estado  patológico del consumidor.
Por su atención gracias
Lic. En Nutrición Humana por la Universidad Estatal de Sonora, Unidad Académica Navojoa.